Entre todas las posibles aproximaciones para la mejor valoración del Edificio Beatriz, se ha optado por una serie de contextualizaciones: en primer lugar, la evolución internacional del espacio de oficinas entendido como programa funcional característico del siglo XX. En segundo lugar, la recepción que de ese modelo se hizo en nuestro país, focalizado en el caso madrileño en cuanto primera plaza financiera española, con sus peculiaridades de carácter cultural, económico y técnico. En los capítulos centrales del libro se ha pretendido una aproximación a la opción indiscutiblemente moderna adoptada incluso desde los primeros tiempos por el Banco Popular en cuanto promotor de arquitectura para consumo propio.