Hace ya más de diez años que el doctor Eduardo Delgado Orusco acudió por primera vez al Campus Sonora Norte del Tecnológico de Monterrey. En aquel entonces vino en un intercambio docente con la que era entonces su Universidad en España. Desde aquella primera ocasión hemos mantenido el contacto con él, con mayor o menor intensidad, que el pasado 2015 de concretó en una nueva visita a nuestro Campus dentro del programa de Líderes Académicos del Tec de Monterrey.

En esta segunda visita concretamos una serie de iniciativas estratégicas dentro de las cuales podría destacarse el planteamiento de un Proyecto de Investigación sobre Arquitectura en Zonas áridas. Esta acción perseguía un ambicioso replanteamiento de las formas de pensar y, en consecuencia, urbanizar y construir en nuestra región. En la obligada búsqueda de referencias para este trabajo, casi inmediatamente, se puso encima de la mesa la poderosa figura de Antoine Predock. Aunque nacido en Lebanon (Missouri, 1936), Predock estableció su estudio profesional en Albuquerque (Nuevo México) inmediatamente después de terminar sus estudios en la Universidad de Columbia (Nueva York).

Aunque inequívocamente comprometido con la modernidad arquitectónica, su trabajo se liga a las particulares condiciones climatológicas, tecnológicas y de toda índole de su estado de adopción. Desde allí Predock ha viajado y construido por todo el planeta -esta publicación es buena prueba de ello- pero en toda su obra es posible rastrear un aire, una pátina, ligada a Nuevo México, a una región muy árida y que, por tanto, comparte condiciones de partida con nuestro Estado de Sonora.

Pero hoy ponemos el foco en sus dibujos. Lo gráfico es siempre una manera de aprehensión, de comprensión y apropiación de la realidad. Predock dibuja para entender los paisajes a los que se enfrenta, reteniendo el paso del tiempo, ralentizándolo con respecto a otras formas de representación más modernas, como la fotografía. En ese proceso el arquitecto norteamericano intercambia valores con el territorio -lo construye- aportando algo de su memoria, de sus paisajes primigenios. Por eso nos interesa Predock. Porque a través de sus ojos, de su mirada, podemos aprender de todos los territorios, de todas las arquitecturas por él visitadas y dibujadas.

Hoy publicamos esta selección hecha por el arquitecto Delgado Orusco quien, también desde su paisaje de adopción -Aragón en España, otra región donde lo árido resulta dominante- resuena con los dibujos y el mundo de Antoine Predock.

El Tec de Monterrey Campus Sonora Norte se enorgullece de introducir la obra y la figura de Antoine Predock en México, tendiendo así uno de esos puentes necesarios con nuestro vecino del norte. Y desde su obra -desde su mirada- con el mundo entero.